Las asociaciones no tienen entidad financiera quien les escriba.
El movimiento asociativo ha sido, es y será el principal motor del cambio y progreso de las sociedades. El impacto de sus actos, desde las más generalistas hasta las más específicas, desde las más numerosas y transversales geográficamente hasta las más pequeñas y localizadas en núcleos sociales aparentemente insignificantes, es la sociedad en la que vivimos…y en la que viviremos y legaremos a las siguientes generaciones.
Siempre ha contado con enormes barreras para su actividad que han acabado por hacer desaparecer multitud de acciones civiles e incluso los derechos individuales de sus miembros. El presente texto, a modo de protesta y reclamación, quiere hacer ver un problema, que será una barrera franqueable, pero que sin duda es un oxímoron: las asociaciones pequeñas sufren exclusión financiera; en una cada vez más mercantilizada sociedad, al corazón de la sociedad civil, le aplicamos la economía de escala.
Las entidades financieras en España, todas, aplican comisiones de mantenimiento y uso a las cuentas corrientes de las organizaciones sin ánimo de lucro, desde 60€ hasta 300€ anuales, siendo el coste promedio de 150€ anuales. Algunas de ellas, como si de un cliente comercial más se tratasen, ofrecen gratuidad el primer año o bien planes de vinculación a través de contratación de otros productos o servicios para minimizar o eximir del coste. Incluso marcas que se jactan de ser Banca Ética también aplican gastos. El incremento anual que se viene dando, hace inviable el derroche de recursos económicos en disponer de cuenta bancaria para asociaciones cuyo tamaño por número de socios es pequeño.
Sin embargo, vivimos una época de transformación radical de nuestra economía doméstica, donde las instituciones públicas gerentes y garantes de ésta, nos aconsejan e incentivan hacia el uso de los canales digitales y los medios de pago virtuales para desterrar el uso del efectivo. Del mismo modo para premiar o acudir a cualquier concurso, subvención, donación, estudio o asesoramiento, el origen y destino del dinero ha de ser a través de cuentas abiertas en entidades financieras. Además, el sistema económico y sus actores nos guían hacia la Economía Circular y la Economía Social como modelos de sociedad sostenible.
Ante esta situación asociaciones como la nuestra se dedican a peregrinar de entidad financiera en entidad financiera, ya sea banco o cooperativa, online o vía tradicional, y en aquellos que al menos dan la posibilidad de contratación de la cuenta corriente a una asociación, para ir reduciendo el impacto de los costes financieros, o bien a mantener el dinero de la asociación en un cofre, a la antigua usanza, abriendo y cerrando cuentas, con un coste menor que el mantenimiento anual, para recibir o transferir los fondos dimanantes de su actividad.
Nuestra Constitución en su artículo 22 recoge el Derecho de Asociación y establece que todas las Asociaciones que se constituyan deben inscribirse en un registro público y la Ley reguladora del Derecho de Asociación establece que las asociaciones se constituyen por acuerdo de tres o más personasfísicas o jurídicas que se comprometen a poner en común conocimientos, medios y actividades para conseguir finalidades lícitas comunes, de interés general o particular.
Dentro de la UE y así se aplica en nuestro país, existe la obligación de proporcionar y el derecho a tener una Cuenta de Pago Básica para personas físicas en condiciones de vulnerabilidad económica, con unos servicios básicos a cambio de una comisión máxima de 3€ al mes (Comisiones – Cliente Bancario, Banco de España (bde.es)).
Sr. Gobernador del Banco de España y Sr. Consejero de Economía de Castilla y León: les solicitamos que hagan extensible esta obligación y derecho a todas las organizaciones sin ánimo de lucro en riesgo de exclusión financiera o bien negocien convenios con entidades financieras para reducir a la mínima expresión los costes de servicios financieros o hagan lo que tengan que hacer para dar una solución real a este problema.
A la multitud de asociaciones civiles que vertebran nuestra sociedad: amas de casa, vecinales, culturales, lúdicas o de tiempo libre, juveniles, deportivas, educativas, divulgativas, de la tercera edad o de la infancia, medioambientales, de sensibilización o destinadas a colectivos desfavorecidos, urbanas o rurales que transforman, luchan y ayudan, con su determinación y altruismo, a todo el conjunto de la sociedad, les será de enorme utilidad y apoyo: el que todos ustedes , nosotros y las futuras generaciones les debemos lo que somos y seremos.